Lo vivido y lo recuperado
Los besos robados no se dan por cientos. Dos o tres veces en la vida. Pero ahí estuvieron aquellos labios audaces que me sorprendieron, y allí también, mi juventud volcada en los suyos totalmente inexperta (os). Fue cuestión de tiempo nada más para que yo también aprendiera a robarme alguno. El antes, el ahora. En ambos casos fue un regalo grato y divertido y lo recuerdo. Hay algo en los besos que me llama la atención, porque no besamos a diestra y siniestra, debe haber una química especial en los cuerpos, por ende en los fluidos, algo como un dulzor inesperado, cierta temperatura que se hace conocida, un lenguaje callado... un sabor (a mí?). Si no hay estos elementos, la prosperidad del beso será nula, más aun el robado. Si surge el primer asomo de rendición, el beso germinará en una sonrisa y luego la espiral. Al principio da como un miedo a no encajar, a que choquen los dientes, los labios entorpecidos por la sorpresa que se van ajustando, acomodándose instintivamente a esa forma hermosa de morirse al final.
... como unos dados que echan a correr.
5 Comentarios:
Me gustó mucho, María Cristina, esta expresión tuya, para hablar de los primeros besos: "Los labios entorpecidos por la sorpresa que se van ajustando, acomodándose instintivamente a esa forma hermosa de morirse al final". Abrazo.
cris, el texto es en si mismo el beso
abrazos en esta lluvia
Cristina
Besos, querida, muchos.
Hay que saber besar, dicen por ahí. Y hay toda una escuela para ello... Llegar hasta esa especie de dulzor apasionado. Pasar de la ternura a la pasión y viceversa, usando como única vía(), el beso.
Te saludo Julio,
Chain,
Lila
Abrazos,
Cris
un beso es un beso es un beso...
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal